Fracturas vertebrales

Pueden ser de causa traumática, o las llamadas fracturas patológicas, por mala calidad del hueso, que son producidas por un trauma menor o incluso en ausencia de traumatismo, debido a osteoporosis, infecciones o tumores del hueso.

Las fracturas vertebrales traumáticas pueden precisar tratamiento quirúrgico si son inestables y hay riesgo de lesión medular, deformidad o dolor crónico como consecuencia de ello; o si hay compromiso de las estructuras neurológicas.

La cirugía de las fracturas vertebrales depende del tipo de fractura, localicación y de las características del paciente. En algunos casos basta con una “cementación” de la vértebra (inyectar de manera percutánea un cemento de uso médico en el cuerpo vertebral, lo cual puede ir acompañado de un intento de recuperación de la altura de la misma –cifoplastia- o no –vertebroplastia).

En otros casos, se necesitará simplemente colocar una instrumentación (tornillos) para dar estabilidad a la fractura hasta que la vértebra consolide por sí misma. Esta técnica se realiza de manera percutánea también (cirugía mínimamente invasiva).

A veces se necesita una cirugía de artrodesis o fusión ósea, y no basta con colocar tornillos , sino que hay que añadir injerto óseo o incluso reemplazar la vértebra en su totalidad o parte de ella por un implante artificial. Esto se puede realizar mediante cirugía abierta o mediante técnicas mínimamente invasivas.