Cirugía minimamente invasiva de columna

En oposición a la cirugía abierta de columna, los abordajes de la cirugía mínimamente invasiva (MI) son más rápidos, más seguros y requieren menor tiempo de recuperación. Gracias al menor daño que se produce en los tejidos blandos (músculos y ligamentos) comparado con la cirugía abierta, los beneficios potenciales de la cirugía M.I. son:

mejores resultados cosméticos gracias a incisiones de pequeño tamaño que cicatrizan mejor

menor pérdida de sangre durante la cirugía. Es muy infrecuente que un paciente intervenido por cirugía M.I. pueda requerir una trasfusión

menor lesión muscular, con lo que la recuperación es más rápida y la necesidad de rehabilitación mucho menor

menor riesgo de infección, pues hay mucho menor tejido expuesto durante la intervención

menor dolor postoperatorio derivado de la mínima lesión tisular

menor necesidad de analgésicos y rehabilitación en las semanas posteriores a la intervención

Además, algunas cirugías pueden hacerse de manera ambulante o el paciente puede irse de alta antes de 24 horas, como la cirugía de hernia discal  o la estenosis de canal lumbares realizadas de forma endoscópica o tubular microquirúrgica.

¿Cómo se realiza una cirugía mínimamente invasiva de columna?

Debido a que los nervios, las vértebras y los discos se encuentran localizados en la parte interna del organismo, cualquier abordaje para alcanzarlos requiere movilizar el tejido muscular que se encuentra en el camino. En la cirugía abierta tradicional esto se realiza a través de grandes incisiones y disecando las inserciones de los músculos para movilizarlos, lo que conlleva que muchos de ellos se vuelvan inservibles o se dañen de forma permanente.

 

En la cirugía mínimamente invasiva, a través de pequeñas incisiones en la piel se utilizan retractores tubulares que se colocan mediante dilatadores secuenciales que evitan la disección del músculo de sus inserciones. A través de esos retractores tubulares y usando un endoscopio o microscopio se realizan las cirugías de descompresión, discectomía, laminectomía, extirpación de quistes sinoviales, colocación de implantes intersomáticos, etc. En los casos en los que se necesita realizar una estabilización con tornillos y barras, estos se colocan de manera percutánea, a través de incisiones mínimas en la piel, sin necesidad de disecar la musculatura paravertebral. Para la colocación de estos implantes es de gran ayuda la neuronavegación, que aumenta la precisión de su colocación y disminuye la probabilidad de complicaciones.

¿Qué patologías (enfermedades) de la columna vertebral pueden tratarse mediante abordajes mínimamente invasivos?

En principio cualquier patología de la columna vertebral es susceptible de tratarsme mediante un abordaje mínimamente invasivo, y se han descrito abordajes para prácticamente la totalidad de las enfermedades de la columna. El que pueda o no realizarse en un caso concreto dependerá principalmente de las características del paciente, pero sobre todo de la experiencia del cirujano y de la disponibilidad que tenga en su centro del instrumental necesario (endoscopio, microscopio, separadores tubulares, neuronavegador, TC intraoperatorio- Oarm-, neuromonitorización, etc).

Las patologías que con más frecuencia tratamos mediante abordajes mínimamente invasivos son:

  • hernia discal lumbar
  • hernia discal cervical
  • estenosis de canal lumbar
  • estenosis de canal cervical
  • espondilolistesis lumbar
  • quistes sinoviales
  • fracturas vertebrales toracolumbares

Pero también realizamos abordajes mínimamente invasivos para otras patologías menos frecuentes y más complejas como

  • quistes medulares
  • siringomielia
  • hernias discales torácicas
  • escoliosis
  • tumores vertebrales
  • tumores espinales intradurales

¿Qué pacientes se benefician más de los abordajes mínimamente invasivos?

Todos los pacientes se benefician de un menor sangrado intraoperatorio, menor daño muscular con el consiguiente menor dolor postoperatorio, menor probabilidad de infecciones y  de fístulas de líquido cefalorraquídeo (las dos complicaciones más frecuentes en las cirugías de la columna vertebral), menor necesidad de estancia hospitalaria y de rehabilitación posterior, y una más rápida incorporación a su vida habitual.

Pero en pacientes ancianos, con comorbilidades graves (como enfermedades cardíacas o pulmonares severas o enfermedades hematológicas o pacientes que no puedan recibir transfusiones), en los cuales una cirugía convencional abierta de columna puede estar contraindicada o tener graves riesgos, los abordajes mínimamente invasivos pueden permitir que sean intervenidos.

Además, la realización de abordajes mínimamente invasivos, al no disecar la musculatura ni dañar los ligamentos de la columna, no la inestabilizan, por lo que en muchos casos, pacientes que podrían necesitar una cirugía de estabilización (es decir, una fijación con tornillos pediculares), si son operados con un abordaje mínimamente invasivo, pueden no necesitarlo. Esto sucede con mucha frecuencia en pacientes con estenosis de canal o quistes sinoviales, que si se intervienen mediante abordajes endoscópicos o microquirúrgicos tubulares pueden ver resueltos sus síntomas con una simple descompresión sin necesidad de asociar una fusión y estabilización con tornillos y barras de titanio.